La entonación es una de las áreas de mayor importancia para el desarrollo de todo músico, puesto que puede ir encaminada gracias a la guía de nuestro oído, el cual se encarga de recoger aquellos sonidos captados por el exterior y son mandados a través de la memoria auditiva para lograr identificarlos y reproducirlos con nuestra propia voz. Dado que la entonación es desarrollada mediante la relación de un sonido apoyado por un instrumento musical, (comúnmente con piano o a veces guitarra) hacia nuestra propia voz a la par, obteniendo como resultado una amplia gama de patrones de sonidos atenidos a un cierto temperamento, los cuales serán identificados por nuestro oído con mayor precisión con la práctica y el paso del tiempo. Tomando en cuenta que nuestra memoria musical se verá en constante evolución, podremos combinar estos patrones de sonidos cada vez con mayor destreza a la hora de estructurar la interpretación de una obra determinada, una composición, o una improvisación musical.
Precisamente por el hecho de ser la entonación un recurso muy indispensable o quizá el más predominante de las cualidades musicales a desarrollar. Es de suma importancia adentrarnos en ciertas problemáticas relacionadas con la dificultad hacia esta, que suelen manifestarse al comienzo de la formación musical o durante el transcurso de la misma por no lograr la corrección en el inicio.

De acuerdo con el musicólogo y filósofo belga Edgar Willems, quien formulaba (2001a), “Se hace necesario, pues, en muchos casos —y son más numerosos de lo que uno cree— dar al alumno una preparación auditiva, antes de emprender el estudio del solfeo.” (p. 25).
Independientemente de que esta iniciación musical fuese abordada en edad infantil, juvenil o adulta, debe centrarse al inicio en el proceso sonoro-auditivo. Se trata de aprender a enfocar nuestra atención con mayor profundidad sobre cada sonido, percibir aquellos detalles que lo caracterizan y moldean. De esta forma seremos capaces de captarlo y poderlo proyectar con nuestra propia voz, hasta completar cada grado de la escala musical, sin embargo, hasta este momento no tomaremos en cuenta los nombres de dicha notación, ni la ubicación visual en el pentagrama, mucho menos las divisiones del ritmo, al menos en modo agrupado, Willems afirmaba al respecto:
“Al asociar los sonidos a nombres de notas, la audición sonora se transforma en palabras; se escuchan los nombres de notas y se olvidan los sonidos; se forman juicios intelectuales sobre el valor de los acordes o de sus encadenamientos y la audición se realiza de manera incompleta o errónea.” (Willems, 2001b, p. 52).
En este proceso el cerebro asimilara sin bloqueo alguno, las distintas sonoridades melódicas (o también armónicas más adelante) trabajadas en las lecciones en un momento determinado, mientras que en otro lograra digerir la nomenclatura de dicha notación junto con la altura gráfica representada en las pautas y del mismo modo el manejo de la coordinación rítmico-métrica sin ser machacada.
El músico y pedagogo Lennart Winnberg planteaba en uno de sus métodos auditivos (2001), “Cuando aprendemos nuestra lengua materna , nuestro único punto de partida es lo que oímos y vemos. Desde temprana edad, aprendemos a interpretar la entonación de la voz.” (p. 58).

Esto nos demuestra como partiendo del canto, desarrollamos también los demás elementos musicales. El pedagogo y compositor húngaro Zoltán Kodály, quien al igual que Willems, estaba de acuerdo con ello, a lo que describió:
“Una profunda cultura musical se desarrolló solamente donde su fundamento era el canto. La voz humana es accesible para todos y al mismo tiempo es el instrumento más perfecto y bello, por lo que debe ser la base de la cultura musical de las masas.” (Carton y Gallardo, 1993, p. 10).

En algunas ocasiones experimente durante los estudios iniciales, que al encontrarme abordando ciertas lecciones rítmico-melódicas dentro de la clase de solfeo, notaba que solía bajar constantemente la afinación de estas, al menos esta era la respuesta que me denotaba el profesor y mis propios compañeros. Por el contrario cuando me encontraba en la clase de técnica vocal, la profesora me aprobaba certeramente esta misma, mientras ejercitaba ciertas vocalizaciones de calentamiento, incluso hasta me llego a tomar como ejemplo hacia el resto de los alumnos en un par de ocasiones. Esto me creaba gran confusión sobre ¿Quién de ellos tenía la razón respecto al dilema de mi entonación? Conforme fui perfeccionando el estudio de la educación auditiva y el solfeo con otras metodologías basadas en estas teorías, con el paso del tiempo puedo definir ahora con certeza que ambos maestros estaban en lo correcto. Con cada uno manifestaba un resultado de afinación diferente, la explicación hacia esto es muy simple; Mientras ejecutaba dichas lecciones donde fusionaba todos estos elementos, mi entonación melódica se desconectaba con lo cual se me calaba, a lo que mi cerebro centraba mi mayor atención en el nombramiento del sonido, el cual se mantenía activo junto con la ubicación grafica de esta, y rematando con la coordinación rítmico-métrica que también se veía con una respuesta favorable. Mientras que al afinar simplemente enfocaba mi conciencia en aquellas vocalizaciones a base de silabas, consonantes, vocales, u frases melódicas, mi cerebro lo canalizaba sin ningún problema, sobresaliendo al máximo su acomodo de los sonidos emitidos.
Pasos para lograr el desarrollo auditivo:
A continuación, te describiré una serie de simples pasos que puedes llevar acabo para que experimentes el progreso de tu oído con la propia entonación:
1. Escuchar: Dedica momentáneamente a percibir con profunda y especial atención a un sonido determinado al azar de tu instrumento de apoyo (procurar que se encuentre en el rango del registro acorde a tu voz, para emitirlo con comodidad, si te generara esto confusión puedes consultar el registro con tu maestro de instrumento o en tus métodos de este).

2. Memorizar: No lo pierdas de vista, déjate envolver por esta nota atacada, déjala tenida, (a menos que el sonido tenga poca duración, de ser así tócalo repetidamente) hasta que sientas que se te quedo grabado en lo más profundo de tu memoria auditiva.

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3. Entonar (mentalmente): Aprovechando que esta nota se te ha quedado retenida en tu mente, trata de imaginar ahora que la cantas con tu propio timbre, (también puedes volver a apoyarte de tu instrumento).


4. Entonar (en tiempo real): Ahora si trata de cantar tal cual esta nota, aunque de preferencia con una intensidad más tenue para que tu oído alcance a apreciar lo mejor posible dicha afinación de la nota tocada.
- 5. Repetir estos pasos con otras notas diferentes: Una vez aplicado este proceso, vuelve a repetirlo con otras notas.
Trabaja cada uno de estos pasos en tu día a día en breves lapsos de tiempo, una y otra vez para que tu memoria auditiva aprenda a seguir cada uno de los patrones de sonidos reproducidos con tu propia voz y a su vez las variantes de los movimientos sonoros. Willems denotaba respecto a ello (1998c), “En iniciación musical es normal hacer que la conciencia no intelectual del sentido del movimiento sonoro preceda a la conciencia de lo alto y de lo bajo” (p. 30).
Después de un tiempo que comiences a dominar esta práctica a base de una nota a la vez, podrás agregarle una nota demás, entonándolas una tras otra, (cerciorarse de hacerlo por grado conjunto) para que la misma memoria auditiva reconozca poco a poco los grados de la escala musical. Analíza cada una detalladamente, agrega otra nota conforme mejore tu afinación de estas, de modo que hasta entonces lo aplicaras con pequeños grupos melódicos.
Factores posibles que contribuyan a determinados problemas de entonación y audición

Por otro lado, te recomiendo que te brindes un tiempo para analizar aquellos factores que puedan ser partícipes de estos tipos de problemas, sean de carácter físico y/o psicológico, para que los tomes en cuenta, logres identificarlos y facilites su resolución. Entre ellos se pueden citar los siguientes:
–Falta de atención al sonido
–Carencia de práctica de entonación
–Ausencia del apoyo del instrumento junto con tu voz
–Timidez al entonar
–Afección auditiva
Si el último punto fuera tu caso, lo recomendable seria realizarte un estudio del oído para determinar la magnitud del problema y pueda ser tratado a la brevedad posible, y de este modo obtengas mejoría en tu percepción sonora-auditiva.
Graba tus ejercicios auditivos

Es sumamente recomendable que apliques esta gran herramienta conforme practiques cada uno de los pasos anteriormente citados. Ha sido ampliamente comprobado que el hecho de apoyarte con audio-grabaciones durante tus prácticas generara que identifiques con mayor certeza y rapidez los errores presentados en cada lección, e incluso también si lo aplicas con tu propio repertorio. Si contaras con una interfaz de audio y condensador te seria ultra funcional para esto, si no fuese así ¡no te alarmes!, sencillamente emplea cualquiera de los dispositivos más comunes que tuvieras a la mano como el celular, micrófono, tableta, ordenador, CD, videocámara, etc. Así podrás alternar entre repaso y grabación para ir detectando en mayor eficacia estos detalles. También te sugiero hacerlo en un lugar que se encuentre lo más exento posible de otros sonidos, ruidos y demás contaminación auditiva que te pudiera interrumpir, de lo contrario te generara múltiples complicaciones a la hora de analizarte y detectar tus errores y aciertos. Incluso esta opción también te ayudará para identificar alguno de los aspectos de los problemas de entonación y audición anteriormente descritos.


Espero que esta serie de aportaciones te sean de gran utilidad hacia tu entrenamiento auditivo, si es así no dudes en seguir consultando más artículos como este a través de este sito exclusivo para ti.
Referencias
Bibliografía;
Willems, E. (2001a). El oído musical: Tomo I. La preparación auditiva del niño (5.° ed.) Paidós.
Willems, E. (2001b). El oído musical: Tomo I. La preparación auditiva del niño (5.° ed.) Paidós.
Willems, E. (1998c). El valor humano de la educación musical. (3.° ed.) Paidós.
Winnberg, L. (2001). Del oído al corazón: Melodías, parte 1. Música Bassa.
Cartón, C. y Gallardo, C. (1993). Educación Musical: Método Kodály. Castilla Ediciones.